la convivencia entre los distintos individuos es un pilar básico y elemental de la vida humana.
Convivir es conocer al otro y saber reconocerse como un individuo social.
Una parte importante de nuestro crecimiento es aquel momento en el que nos damos cuenta que estamos rodeados de otros seres humanos. Este proceso se da en los primeros años de vida y es un momento de gran valor ya que es la primer experiencia que tendremos de una vida que será netamente social.
El reconocernos como seres sociales es un elemento central para conocernos mejor y luchar día a día por lograr establecer una convivencia armoniosa y pacífica. Aunque esto es complicado, las sociedades han siempre buscado establecer normas y leyes que permitan evitar o prevenir conflictos así como también sancionarlos en el caso de que existan. La convivencia entonces ha necesitado estar enmarcada por distintos soportes legales y de valores sociales que nos educaran en la tolerancia o el respeto hacia el otro. De todos modos, nunca estos valores se aplican en su totalidad ya que las sociedades humanas son de por sí conflictivas.
Aunque los conflictos entre nuestros pares o aquellas personas que conviven con nosotros siempre existen y han existido, en la actualidad estamos presenciando una época de extremo individualismo que hace que muchas veces el satisfacer mis propios deseos y necesidades haga que deje de tener en cuenta los de los demás. Además de esto también es común la indiferencia hacia lo que el otro siente, vive o piensa y esto suma problemas a la posibilidad de vivir armoniosamente.
Lo fundamental para poder alcanzar una convivencia humana prima en que cada uno tenga sus Límites y Derechos, mientras que para ello debe cumplir con sus Obligaciones, sin lo cual se generaría un perjuicio tanto propio como para otros miembros de la Convivencia, dando lugar al malestar y a un mal clima dentro de un hogar o de cualquier otro ámbito en el que se viva.
Es muy común hoy en día que muchos vínculos entre seres humanos se establezcan en torno a la violencia o al odio, al resentimiento y la venganza. Esto es en parte debido a los valores y modos que priman en nuestra sociedad actual, pero también es causa de que la institución familiar (como tantas otras) ha perdido fuerza en la transmisión de valores tales como el respeto, la tolerancia, el diálogo, la fraternidad y la solidaridad frente a las necesidades que los demás puedan presentar.
Cuando un conflicto se presenta se debe recurrir a la solución del mismo mediante el Diálogo y Consenso, ya que debemos considerar que todas las partes implicadas estarán en contacto permanente en forma diaria, de lo contrario alguna de las personas si es que puede, tiene la posibilidad de irse a otro hogar para poder vivir solo o bien emanciparse teniendo otra convivencia en otro hogar determinado.